Capitulo VIII "Reflections Revealing"

Two Become One
YeTeuk [YeSung/LeeTeuk - Super Junior]


Una profunda tristeza estaba inundando su corazón y su cuerpo sintiendo un escalofrió recorrer su espalda, cuando sintió como las lágrimas de su hyung mojaban su hombro a voluntad. Entonces no pudo evitar que una tímida lágrima comenzara a recorrer su propio rostro, marcando y dibujando una grieta en su piel producto del polvo que había acumulado durante la tarde de trabajo.

Su desesperanza se había incrementado al darse cuenta que todo el dolor, el sacrificio y las privaciones por mantenerlo a su lado había sido el mas grande de los fracasos, podía soportar sus propias lágrimas, carencias y sufrimiento pero no podía soportar el dolor de la persona por la que había luchado todos esos años. Aquello era su mayor debilidad, él era su única flaqueza, una flaqueza que su cuerpo había comenzado a descubrir, quiso tomarlo, rodearlo con sus brazos y apretarlo contra su pecho en cambio sus lágrimas caían impidiéndole cualquier acercamiento.

Había sido un ingenuo 2 veces en su vida, una cuando gano el concurso de talentos que lo llevó a SM y la otra cuando cayo en aquella trampa, pero una tercera no estaba dispuesto a soportar.

Nunca había sido un cobarde y por supuesto esta no sería la primera vez, iba a seguir luchando mas ahora ya no le importaban las consecuencias.

Seco bruscamente sus lágrimas, sacudió su cabeza haciendo un gesto con su rostro, miró hacia su compañero quien lentamente también secaba sus lágrimas. Con su mano lo tomo de su nuca para que lo mirara, al ver sus lindos ojos brillando sonrió tiernamente y acaricio su cabello.

_esta haciendo frió ¿verdad ratoncito? -le dijo Yesung sin dejar de acariciar su cabello- es mejor que entremos.

Leeteuk no podía hablar producto de la tristeza que sentía, pero sabía que las palabras estaban demás, tanto él como Yesung sabían todo lo que estaba pasando con ellos. Debía ser fuerte y no llorar más, se quejaba constantemente por ser un débil admirando la fortaleza y entrega que el otro ponía en todo, ya era hora de aprender de aquella fortaleza, por él, por ambos.

Yesung se había puesto de pie acercándose al borde del techo donde se encontraba la escalera que Leeteuk había colocado. Estiro su mano para recibir a su compañero y ayudarlo a bajar.
Pero Leeteuk estaba recolectando las cosas que había traído y que estaban dejando tiradas en el techo.

_déjalas Teukie ven tengo miedo que te caigas... yo mañana las bajo.

_¿porque eres tan aprensivo con umma? no me caeré sunnie... pero me llevaré esto -lo dijo sonriendo acercándose al borde y sacudiendo la cantimplora que ya tenía colgada en su cuello.

Aquel gesto hizo saltar el corazón de Yesung verlo disfrutar como a un niño con juguete nuevo, era lo que más amaba en esa persona, que podría sólo admirarlo placidamente por el resto de su vida.

Ambos habían comenzado a bajar por la escalera pero Yesung se detuvo al medio para admirar una vez más aquel inmenso cielo negro. Leeteuk seguía bajando hasta toparse con el cuerpo de su compañero, bajo un último peldaño para quedar lo más pegado a Yesung. Su cuerpo estaba tibio pudo sentir aquel tierno calor emanar de él; buscándolo concientemente ya que sus brazos estaban muy helados. Yesung pudo notar la piel fría de su hyung que de inmediato se tomo del peldaño más cercano, rodeando su cuerpo para darle el calor que necesitaba en aquel momento.

Leeteuk giro su rostro y se encontró con aquella penetrante mirada que hacia transformar sus piernas en dos flácidos hilos imaginado que en cualquier momento se desvanecería. Que por lo mismo volteó bruscamente tratando de evitar cualquier contacto.

Yesung también volteó su mirada hacia el cielo en el más preciso momento, ya que una brillante estrella fugaz cruzaba cortando aquel cielo infinito.

_¡sunnie! -grito Leeteuk de inmediato

_¿la viste? ¡dime que si la viste!... ¡un deseo! ¡es un deseo! -respondió Yesung casi al mismo tiempo.

_nooo ¡son 3 deseos! aigooo sunnie son 3... -protesto Leeteuk haciendo un puchero

_no monopolices teukie, es sólo un deseo... cierra los ojos y pídelo.Ambos rápidamente se tomaron de una mano, cerraron sus ojos y pidieron su deseo en silencio.

Leeteuk abrió lentamente sólo un ojo, quería asegurarse que su compañero tuviese los ojos cerrados.

_¿porqué haces trampa? -le dijo Yesung quien mantenía sus ojos completamente cerrados. A sabiendas de lo que podía estar haciendo su compañero en ese momento.

_¡shoi! ¡shoi! shoi... -respondió Leeteuk cerrando sus ojos muy rápido sin poder dejar de sonreír.

El hecho que Yesung conociera sus mañas le ponía nervioso pero aquello le gustaba mucho. Ambos jóvenes llenos de un alto espíritu mantenían sus manos muy apretadas, suplicando por que sus deseos se hiciesen realidad. Hasta que lentamente sus manos comenzaron a ceder, abrieron sus ojos muy despacio para luego mirarse entre si. Yesung se mantenía serio observándolo mientras que él sonreía agachando su mirada sintiéndose algo avergonzado.

_¿dime, que fue lo que pediste? -le pregunto Yesung sin descaro alguno.

_Jong Woon~shi... si te lo digo mi deseo no se cumplirá... ¿acaso no quieres que se cumpla? -le murmuro Leeteuk acercándose a él tan seductoramente que aquello más bien había sonado como un susurro sobre el cuello de Yesung. Quién agachó su cabeza buscando el suelo que de pronto había desaparecido de sus pies.

Se podía decir que siempre había disfrutado poner a su dongsaeng en aquellas situaciones; pretendiendo hacerle notar que el era quien tenía el control. Sentir como la seguridad de Yesung se esfumaba en segundos lo hacía recuperar toda la confianza que aquel le hacía perder con tan sólo una mirada.

Ambos sabían lo que significaban cada una de esas señales, las sensaciones que el uno provocaba en el otro era sin duda el misterio más grande que constituía su relación. De aquellas sensaciones se alimentaba a cada segundo, a cada minuto sintiéndose ambos parte de un mismo tiempo y espacio.

_bueno es mejor entrar de una vez -dijo Yesung buscando la mano de su compañero para tomarla de manera tan instintiva como siempre, algo que siempre lo había distinguido de los demás. Buscar el afecto entre sus compañeros era una necesidad inconciente que traía de su hogar, ya que su familia era muy unida y se demostraban mucho el cariño.

Leeteuk era uno de los que no malentendía aquellas demostraciones de afecto, ya que a el mismo le gustaba mucho que sus compañeros no lo olvidaran y lo buscaran sólo para decirle cuanto querían a su hyung. Para Leeteuk aquello era muy importante y le ayudaba a mantener su confianza siempre firme, entendiendo que como líder lo estaba haciendo bien.

Mientras se encaminaban hacia el frente de la cabaña, Yesung se detuvo de repente cuando pasaban al lado del pequeño corral, recordando así lo que había pensado en la mañana, pedirle a Leeteuk que se hiciera cargo.

_¿qué pasa sunnie? -preguntó Leeteuk observándolo algo extrañado.

_Teukie... hay algo que quiero pedirte -le respondió dirigiéndole la mirada.

_¿si? ¿de que se trata Jong Woon~shii? -le preguntó con una sonrisa.

_es sobre el corral, hoy me di cuenta que la madera ha cedido, la tierra ya esta bastante suelta, los alambres oxidados por ende ha perdido su utilidad por completo. Luego, me preguntaba si podrías ayudarme a repararlo y cambiar la madera también.

_humm ya entiendo, era eso. Esta bien lo haré pero con una condición -agregó sin titubear.

_¿condición? -respondió Yesung algo inseguro.

_si querido dongsaeng. Mi condición es que me dejes arreglarte el huerto también -agregó Leeteuk apuntando en dirección a donde se encontraba aquel abandonado huerto.

_¿huerto? -le preguntó un muy sorprendido Yesung

_ya veo, eres el dueño de toda esta propiedad y acaso ¿aún no sabes lo que tienes, Jong Woon~shi?

_no había tenido tiempo de recorrerla por completo... sólo el bosque. Un huerto, un corral,... contaba Yesung con sus dedos.

_un pozo, un jardín de rosas allí -agregó Leeteuk apuntando hacia el jardín.

_un techo que reparar, la casa de "Ddanggoma" que aún no construyo mas cuatro meses de trabajos forzados en la agencia -lo dijo Yesung mirando a su hyung con sus ojos caídos que denotaban unas ganas de llorar.

_no te preocupes mi sunnie, lo lograras... yo te ayudare -le señalo Leeteuk tomando su hombro dándole una palmadita de ánimo en muestra de afecto y comprensión.

Y así, cogiendo la mano de su compañero y tambaleándola como un niño lo hizo encaminarse hacia el interior de la cabaña. Yesung en cambio guió su mirada hacia atrás enfocándose en el jardín de rosas que había llamado su atención mientras era dirigido por Leeteuk.


Ya en la cabaña Leeteuk se dirigió a la cocina para dejar los recipientes en los que había llevado la cena para ambos.

Por su parte Yesung se dirigió de inmediato al baño. Lo que más necesitaba su cuerpo en esos momentos era una deliciosa y calida ducha. Mientras se despojaba lentamente de su ropa, recordaba detalladamente el trabajo que había realizado ese día, haciendo un rápido calculo del tiempo que necesitaba para terminar antes que los días y las horas concluyeran con aquellas cortas vacaciones.

Mientras su cuerpo se relajaba por completo al sentir cada gota de agua sobre su piel, recordaba lo que siempre les decía su madre a todos, que lo mejor para conciliar un buen sueño era una ducha muy caliente y luego saborear una deliciosa taza de leche tibia. Imaginaba que aquello no sería mayor problema, tomaría aquella leche y dormiría profundamente hasta el día siguiente. Salió del baño con su toalla amarrada a la cintura para dirigirse de inmediato al cuarto. Terminó de secarse el cabello para colocarse su pijama, se sentó en la cama que aún estaba sin hacer, y pudo notar como su cuerpo le dolía por completo, al parecer los músculos se comenzaban a dilatar, sintió además una fuerte presión en su cabeza, cerro sus ojos para dejarse caer abruptamente sobre la cama, al parecer el sueño y el cansancio lo habían consumido por completo. No escuchaba ni sentía ningún sonido alrededor, aunque lo intentase no podría ponerse de pie, más aún aquella sensación era una de las más placenteras del mundo

Leeteuk había gritado dos veces el nombre de su compañero sin tener respuesta alguna, aquello le extraño mucho así es que rápidamente tomó ambos tazones de café que había preparado para él y Yesung, dirigiéndose así hacia el dormitorio.

_¿estas aquí? -preguntó asomando sólo su cabeza dejando colgar aquella cantimplora que aún tenía al cuello. Vio como la ropa de Yesung junto con la toalla de baño yacían en el suelo; se introdujo un poco más buscándolo.

_¿Yesung~ah? mira preparé un poco de ca... fé... -completaba aquella frase en un tono aún más bajo al darse cuenta que su compañero estaba, al parecer, profundamente dormido. Su rostro sonriente cambió bruscamente al ver a Yesung tirado sobre la cama ocupando casi todo el espacio. Volvió a pronunciar su nombre pero tampoco obtuvo respuesta.

Miro hacia ambos lados buscando un superficie donde dejar los tazones de café. Se acercó al único mueble y dejó ambos tazones sobre este. Luego se acercó hacia la cama se inclinó para ver el rostro de Yesung, suavemente acaricio su fino cabello despejando aquel lindo rostro percatándose además del rosado tono de sus mejillas, sus labios estaban algo secos debido a su sueño tan profundo. Poso su mano sobre su frente y pudo notar que además estaba algo tibia; no pudo evitar sentirse preocupado y triste que de inmediato se acercó aún más y dejo caer un suave beso sobre su mejilla el cual terminó en una tierna caricia con la punta de su nariz sobre aquella delicada y rosada mejilla, hasta llegar con sus labios al lóbulo de su oreja, el cual también acaricio con la punta de su nariz para susurrarle sólo 3 palabras -Yo te cuidare...

Se puso de pié para tomar fuerzas y aliento ya que mover el cuerpo de Yesung le iba a resultar algo complicado, no tanto como mover a Shindong o Kangin pero por lo que veía el cuerpo de Yesung se había vuelto algo pesado con los años, ya lo había experimentado cuando Yesung le jugó aquella broma que los lanzó a ambos bajo la cama, en ese momento pudo comprobar cuanto pesaba el cuerpo de Yesung, sin tomar en cuenta lo débil que era su propio cuerpo.

Tomo ambas piernas de su dongsaeng y con mucho cuidado las junto y las arrastro hacia el rincón, luego recordó como Yesung lo había tomado cuando estaba en el río, colocó sus brazos por debajo de sus axilas entrelazando sus propias manos sobre el pecho de su compañero como haciendo una llave. Para luego estirarlo lentamente hacia la cabecera de la cama; para tener mejor estabilidad apoyó su rodilla sobre el colchón. Luego de dos impulsos más logro colocar la cabeza de Yesung sobre la almohada, tomo gentilmente su cabeza y la poso suavemente, luego tomo las mantas y lo cubrió casi por completo. Después de haber realizado toda aquella ardua tarea, se quedó ahí de pie contemplando la pacífica silueta de su compañero, recordando, la vez que un reportero le había preguntado el significado para él de cada uno de sus compañeros; cuando se refirió a aquel que yacía en la cama él simplemente respondió "Yesung~ah es mi paz".

_mi paz... -se dijo mientras soltaba un suspiro y asomaba una sonrisa. Miró hacia donde había dejado ambos tazones de café, tomo el primero y se sentó sobre la cama al lado de su compañero, cruzo su pierna sobre la otra y comenzó a saborear aquella tibia adicción. Habría deseado compartir aquel café con su compañero aunque fuese disputándose la pantalla de la PSP pero pensó que no se iría a la cama hasta beber ambos tazones, por él y Yesung, quienes habían pasado por momentos bastante difíciles en el pasado, por aquel camino que deseaba retroceder por tener el coraje suficiente para luchar sin olvidar quien era, y la gran responsabilidad que tenía sobre él.

Aunque Heechul fuese el segundo al mando no podía cargar toda aquella presión y stress sólo a él. Hace varios meses habían determinado en distribuir las responsabilidades entre Heechul, Hangeng y Yesung, ya que él mismo se los había solicitado habia tanto trabajo que el cuidar estando alerta de todos los dongsaengs y sus acciones ya no le era sostenible.

Yesung y Hangeng fueron los primeros en responder a su pedido, en cuanto a Heechul sólo le dijo que haría todo lo posible por ayudarlo más pero que él también debía preocuparse por él mismo. Respuesta que le pareció algo egoísta por su parte pero quizás con Hangeng y Yesung era suficiente, ya que pensar en Kangin le resultaba algo difícil varios de sus compañeros se habían quejado de su constante mal temperamento el cual siempre terminaba en un desagradable "bullying". Al ser así volvió a pedir a Yesung que se preocupara y cuidara más de todos los menores cuando el no estuviese cerca, en especial de Eunhyuk quién nunca se le enfrentaba a Kangin para evitar las peleas, acción que le llevo a tener una larga conversación con él señalándole que, alguien debía bajarle los humos a Kangin, tal como lo hacia el magnae Kyuhyun y que no debía sentir temor al ser si mismo ya que perder su propia esencia no estaba bién.

Pensando y recordando todo aquello, sonrió, mientras aquel tazón de café había llegado a su fin, en el fondo los extrañaba mucho a todos. Se acercó y tomo el tazón que había preparado para Yesung, aquel estaba mucho más dulce aunque un poco más frió, pero su compañero estaba a su lado profundamente agotado que no podía saborearlo por el mismo. No era la primera vez que haría algo por él, Yesung siempre había estado a su lado casi de forma invicible para muchas personas pero no para él, aquel hecho le parecía de lo mas incalificable, por parte de aquellos que ignoraban con arrogancia su profunda relación.

Si aquellas personas sólo entendieran que para él, no verlo no sentirlo cerca cuando estaban todos juntos su corazón se desesperaba, a tal punto de no tener ganas de ser él mismo. Extrañar su precensia de esa manera le había hecho comprender que sus verdaderos sentimientos nunca los había podido enterrar; su corazón era el que siempre hablaba por si solo aunque eso significaba perderse en si mismo ahogándose en su propia tristeza.

Poso su mano sobre el cuerpo de su compañero acariciando tiernamente el cobertor con sus dedos, apropiandose por completo de aquel momento, esos segundos, aquellos minutos que pasaban en medio del silencio era cierto, le pertenecían sólo a él.

¿Pero que eran aquellos minutos y segundos?, aquellos no eran nada, todo lo que deseaba sólo para él de la manera más egoísta era aquella persona a su lado, no deseaba apropiarse solo de los momentos, estos ya no le bastaban a lo que su corazón le estaba exigiendo; deseaba que su tiempo fuese el mismo para él, quería que sus manos se entrelazaran y que un hilo irrompible las atara para siempre.

_...sin el uno no podrá vivir el otro. -se dijo al traer a memoria algo que había escuchado hace algunos años atrás en los días de entrenamiento.
Pero no quería pensar en aquellas antiguas revelaciones, ya que todo aquello era una verdad absoluta, nada de lo que ocurría en esos momentos lo estaría viviendo.

_...Encuentro, Unión, Separación, Reencuentro, Separación, Reencuentro, Separación,... -palabras que murmuraba contrayendo su mano apretándo el cobertor de la cama, manteniendo su mirada perdida sobre algún punto de aquella oscura habitación.

Había perdido un poco su fuerza, dejó el tazón de café sobre el mueble, se quitó sólo sus zandalias y se metió dentro de la cama con la misma ropa que llevaba puesta. Se acercó lo que más pudo al cuerpo tibio de Yesung apretándolo fuertemente entre sus brazos, rodeándolo por la cintura dejándo caer su frente sobre su espalda.

Aquel rápido movimiento hizo que su compañero se moviera un poco dejándo escapar un balbuceo intendible. Leeteuk sólo se dejó llevar por sus instintos acariciando con una parte de su frente el cuerpo de Yesung. Mantenía sus ojos cerrados inhalando el profundo aroma de su piel que se había vuelto aún más intenso aquellos días debido al duro trabajado.Siguio acomodandose haciendo algo de alboroto sacando parte de las mantas que estaba aplastando, necesitaba no sólo tapar por completo a su compañero sino también su propio cuerpo, ya que estaba con ropa muy ligera y hace un rato había comenzado a sentir un poco de frio.

De manera maliciosa volvió a pretar el cuerpo de su compañero atrayendolo hacia él suyo, asomando una tierna sonrisa pensando además que quizás con el propio calor que emanaba de aquel cuerpo le bastaría para dormir confortablemente toda la noche.

Si estando así con su querido sunnie era parte de un sueño, ni siquiera los monstruos que roncaban bajo la cama le impedirían tener esa noche el más hermoso de los sueños.



Continuara...